viernes, 15 de mayo de 2009

Cuando la realidad nos alcance

La vuelta a la normalidad resultó todo un caos, espero que para ti no haya sido así, aquí estuvimos con todos los reajustes de un día sí y al otro ya no.

Primero regresé a la Universidad y fue un poco apantallante porque en la base donde abordamos nuestro camión para ir a cada facultad, que bajan a todo el mundo, se suben tres personas y ¡duró con el pumabus! a tallar pisos, desinfectar barrotes, asientos y todo lo que en él existe. ¡compañero usa el gel antes de subir por favor! yo con tanta cosa, la verdad es que hasta preferí caminar antes que subirme. La semana fue horrenda porque eso de levantarme de nuevo a altas horas de la madrugada, a las 7:30, hace que yo me desarticule toda y me sienta peor que si me hubiera dado influenza.

Por fin llegó el fin de semana con los muchos festejos del día de las madres y ya te imaginarás que en la víspera, un encuentro cercano del tercer tipo se llevó toda iniciativa de celebrar el día como verdaderamente uno se merece ¡caray que poca madre no!

Así que después del fin de semana seudo festejando, pues iniciaron ahora los chamacos, ya sabes, desinfectados y con tapabocas a la escuela, como seguían agotados tuvimos que improvisar con un modelito de los que anteriormente te mostré. "Mi little one" me dijo: mami yo prefiero uno de los dobles y por ser el primero en elegir y gracias a que no tengo tres chamacos, el otro se salvó de usar la otra opción.

Total que después de que la semana empezó con niños muy cuidados y con cambio de cubre bocas a media mañana, resulta que en la escuela las maestras ni usaban tapabocas, al tercer día ya ni se los cambiaron y para el viernes ya ni se los pidieron al entrar.

En el súper después de que al principio te daban guantes, toallitas humedas y desinfectaban, pues ahora los artículos de limpieza ahí están pero ya nadie los usa.

Ya sabíamos que cuando la realidad nos alcanzara, las medidas quedarían rebasadas por la realidad. Yo me he cuestionado desde el principio ¿para qué tanto gasto de recursos, económicos, materiales y humanos, en desinfectar escuelas si con tanto tiempo cerradas el virus, si es que llegó a estar ahí, pues igual ya se habría muerto?

Apenas está concluyendo esta primer semana de regreso a clases, ni siquiera ha pasado más tiempo y todo pareciera que hubiera sido hace ya bastante tiempo.

La verdad es que yo voy a recordar con mucho gusto estos días porque el encierro nos obligó a una convivencia que vale mucho la pena continuar, yo pensé que quizá hace muchos años la vida era así, muy familiar. Si llegabas a salir era a dar un paseo en familia, caminando o en bicicleta y si te reunías con alguien era algo muy íntimo, nada de reuniones multitudinarias. Y lo mejor fue que eso de que sin saludos de beso, mano o abrazo fue lo que más pronto nos rebasó.

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